Categoría: Reflexiones
Preludio
El siglo XXI empezó fuerte, y como toda gran función, empieza con algo que lo cambia todo, empieza con un buen petardazo, algo que asombre y desoriente al espectador, y deje claro de lo que podría venir en las próximas décadas y a qué nivel de mentira se iba a someter a la población, con la sucesiva pérdida de derechos civiles y libertades, apoyados en los actos que se iban a acometer.
El experimento funcionó a la perfección, 20 años después de aquella gran mentira ya casi nadie se plantea la verdad de
lo que sucedió, y se dá por verdadera la versión oficial aún cuando no explica los hechos fundamentales y siguen ocultando las pruebas de las cámaras de seguridad del objeto que colisionó con el Pentágono, la inexplicable caída y demolición controlada del edificio WTC7 o las explosiones sincronizadas de las Torres Gemelas en el momentos de los impactos. Detalles sin importancia...
Los ingenieros y arquitectos que se han molestado en estudiar lo que pasó no dan crédito a la versión oficial y contemplan
atónitos cómo las evidencias científicas han sido ocultadas, falseadas y ridiculizadas.
Exposición y desarrollo
Los que vivimos aquello en directo tampoco dabamos crédito a aquello. Después del incicial shock postraumático, aquellos que tenían un mínimo conocimiento científico y cierta capacidad para el análisis crítico, empezaron a ver lagunas en las explicaciones que el gobierno de EEUU daba. Los que no, fueron mayoría, y tragaron con la versión mediática, como tragaron con el asesinato de JFK y la bala mágica, como tragaron con las razones de la entrada de EEUU en la segunda Guerra Mundial, la entrada en la Guerra de Vietnam o en tantos otros conflictos de los que se beneficiaron y que se cuentan por decenas. En esta ocasión la Guerra de Irak y la entrada en ese conflicto, es sólo una parte del objetivo buscado.
Otra gran pata del objetivo es la pérdida gradual de derechos civiles, el control y la vigilancia de la población, la cual no se dejaría someter sin un acontecimiento que inculcara el miedo permanente a un enemigo común. Porque el miedo es la mejor arma de control, va directamente a lo emocional y al inconsciente del individuo que resulta entonces más fácilmente manipulable al anular la parte racional de su pensamiento. No se puede obligar a una población a que pierda libertad con la razón, se debe hacer con un sentimiento más fuerte que anule la razón. El pánico, el miedo, el horror...
Conclusión
Y así, poco a poco, se va contruyendo el mundo moderno, mentira sobre mentira, sedimentando capas de mitos y mentiras pasadas por verdades y aplastándolas bien, allanando el terreno a la nueva capa de mentiras sobre la que descansará la siguiente.
La capa de mierda presente es la pandemia de COVID, que se contruye sobre el mito de unas supuestas vacunas, las cuales ya han demostrado su nula efectividad para frenar contagios y proteger a nadie, sino todo lo contrario. Y como la rana que se cuece en la olla, la población se va cociendo a fuego lento, perdiendo más derechos y libertades fundamentales, y generando odio y segregación entre grupos, pérdida de libertad de movimiento, y debilitamiento de su sistema inmunitario. Ahora el enemigo común ha sido perfeccionado, ahora es invisible, no tiene cuerpo y se mueve por todo el mundo. Es el enemigo ideal, porque crea enemigos deslocalizados y pánico en todas partes y en todo momento.
Y como toda gran función y espectáculo pirotécnico muy al gusto del público domesticado, debe ser depedida con una gran traca final, la traca final que está por llegar, pero ya será demasiado tarde, porque el rebaño ya habrá perdido su voluntad para defenderse y su facultad para entender lo que pasó.